Obrigado pelo amor, Brasil
Mi padre ha sido fanático de Brasil desde que soy muy pequeña. Desde que tengo uso de razón mi viejo me sentaba junto a el a ver lo partidos de la "verdeamarela", y no había quien nos quitará de ahí. Recuerdo como si fuera ayer aquella copa del mundo del 2002. Yo tenía 9 años y mi papá nos visitó para ver el juego. Todavía recuerdo cuando decía "Ronaldo, que grande eres Ronaldo". Esas memorias escasas, pero gratas y muy significativas, han sido el pilar más fuerte entre mi padre y yo. El fútbol, ese deporte que tendrá al mundo de cabeza de aquí a una semana, ha sido el cordón umbilical entre el hombre quien me dio la vida y yo. Incluso cuando tenía mucho tiempo sin verle y hablarle, José Segundo Chacón me mandaba un SMS diciéndome que me quería y preguntándome cuanto a cuanto había quedado el partido del Real Madrid. Si bien todo empezó con Brasil, mi pasión por España y la manera en como me hacía sentir ver jugar a Torres en su mejor momento y ver como Iniesta se comía la cancha me hicieron desarrollar amor por el equipo español, quienes me dieron muchas felicidades.
Ya mi equipo no era Brasil, como el de mi padre, pero ahí estaba el fútbol. Uniéndonos. Mientras escribo estas palabras me pongo a pensar en que es posible que esta misma historia se repita en muchas casas del mundo. ¿Cuántos niños no estarán creando memorias con sus padres mientras la selección brasileña juega la pelota? Hasta ahora no me había puesto a pensar, que este mundial, en Brasil, con todo su color y sabor, significa para el pueblo brasileño... pues... todo.
Aún gracias al fútbol y la conexión que tengo con mi padre, le tomé un poco de rabia a Brasil por razones personales que empañarían mi juicio en estos momentos, pero hoy, sentada en mi cama escuchando la clásica Chorando se foi, me dan ganas de volar a Rio de Janeiro y ver el siguiente partido de Brasil, aún sin Neymar Jr., en la playa, charlando con brasileños y impregnándome de ese ambiente de fiesta que debe haber en todo el país.
En mi lista de lugares a visitar ya no está solo Madrid o París, ahora tengo a Brasil y toda su magnitud. Te llevaré dentro, papá. Este post es para tí.
xx
Alex