Si hay algo que aprendí de mi abuela es el valor de la joyería que es pasada de generación en generación. Soy muy afortunada de ver a las mujeres de mi familia llevando prendas que son heredadas de un antepasado cercano o de alguien que querían. De hecho, mi abuelita Nereida vendió joyas de manera informal por muchos años, y uno de los gratos recuerdos que tengo de ella es verla pesando el oro y evaluando cómo podía venderlo para sacar ganancia. Aunque para mi abuela era un simple negocio, sus clientes disfrutaban a plenitud el tener algo de valor para dejar a sus hijos.
Pensando en ello, decidí hace algunos meses en solo comprar joyería que valiera la pena. En usar prendas que fueran inspiradas en algo o que causaran en mi algún tipo de emoción. En este look decidí sacar a pasear algunas, y con gusto comparto con ustedes que significan.
La primera es mi collar con el croquis de Nueva York que compré en la tienda Kate Spade ubicada en Rockerfeller Center. Significa mucho para mi pues es el lugar donde siempre voy a sentirme en casa lejos de casa. Estar ahí, en sus calles, me hace muy feliz. El dije también tiene las coordenadas de la ciudad. El otro es mi collar de cristales con mis iniciales. Esa es mi identidad, mi tag, mi nombre... lo más grande que tengo.
Comprar joyería significativa también es darle paso al SLOW FASHION, o moda sostenible; pero más importante, es la oportunidad perfecta de darle a un ser querido parte de tu corazón.
xx
Alex