Artículo publicado originalmente en www.strambotix.com
El primer día que vi el blog de Man Repeller, creado por la inigualable Leandra Medine, pensé inmediatamente: "¿Cómo carajo adapto todo este conocimiento traído a nosotros por los dioses de la moda en una sociedad donde lo que más vale es llevar una falda corta con las mejores piernas?". Yo era una chica que creció aspirando a un cintura pequeña para poder lucirla con vestidos ajustados y cabello al mejor estilo de modelo de Victoria's Secret. Me enseñaron que eso era bonito, y lo demás era feo. Hoy la historia es otra, mi clóset está lleno de prendas y zapatos que no hubiera usado ni loca hace cuatro años. Esa respuesta demoró varios años en llegar, fue todo un proceso de adaptación y aceptación personal, razón por la que siempre le agradeceré a Leandra tener tanta visión e identidad. El hecho que haya tomado tanto
tiempo en adaptar esa información a mi clóset, estilo y forma de ser tiene todo que ver con nuestra cultura, jóvenes.
Leandra Medine predica una forma de vestir que no se basa en atraer a hombres, que se concentra en satisfacer los gustos más exquisitos de las mujeres en la forma más noble que hay para ser feliz: combinar outfits, aunque no le guste a tu marido. Eso es completamente opuesto a lo que me enseñaron de chiquita y, terminé de entender el concepto cuando empecé a trabajar por primera vez en un periódico: en Latinoamérica, así como en otras partes del mundo siendo la sociedad como es, la belleza de la mujer es directamente proporcional a la cercanía que tenga con el estereotípo de belleza latina de concurso de belleza. Y eso está mal,
it's damn wrong!
Aunque no lo crean, Kim Kardashian fue parte fundamental de mi transición. Cuando la mujer más odiada y amada por igual empezó a salir con Kanye West e hizo cambios drásticos en la manera de combinar piezas, un halo de luz cubrió mi cabeza. Era el mismo Yeezus hablándome. Esa dupla de West y Kardashian le dio un toque edgy a piezas que eran tan sexis que te invitaban a tocarte. Para ser más específica, el momento preciso en que esto sucedió fue cuando Kim usó aquel vestido Balmain dorado con blanco y lo combinó con botas de satín negro. No lo usó con Daffodiles de Louboutin, ni con pumps de Brian Atwood, eran estas botas rarísimas que incluso cortaban sus piernas y no combinaba del todo. Y me enamoré, fue amor a primera vista. Recuerdo que una de mis compañeras de redacción me hizo la observación, afirmando que Kim se había dañado. Que equivocaba estabas, Meredith. Esa reacción no solo saldría de mujeres como mi amiga, sino de hombres que no entenderían el outfit jamás pero de todas maneras buscarían la manera de que le gustara, pues al final, es Kim Kardashian y algunos hombres tienen el superpoder de ver más allá de la tela por el simple hecho de que la quieren en su cama.
Es cierto, Kardashian sigue siendo sexy a la hora de vestir, pero esos detalles tan drásticos como llevar abrigos súper grandes, bolsos decorados con arte rarísimo y faldas ajustadas, pero hasta la pantorrilla, son piezas muy Man Repeller, por el simple hecho de que no es lo que un hombre elegiría para que tu usaras. Y es ahí señoras, donde está la clave de encontrar un balance. Si no tienes novio, es una injusticia que tengas que vestirte de cierta manera para poder atraer a un chico. ¿Para que quieres a ese hombre si va a salir corriendo cuando saques tus Doc Martens del clóset? Es cuestión de perspectiva. Así como tu vas a salir a la calle con Doc Martens, encontrarás a uno que use unas botas de combate, tenga tatuajes y use los jeans más ajustados que tú.
Probablemente Leandra Medine se revolcaría en su hermoso apartamento de New York si se entera que comparé su concepto con Kim Kardashian, pero lo cierto es que esta última es un excelente ejemplo a mirar si quieres darle un toque más arriesgado a tu clóset. Beyoncé también cumple ese cometido. Con el peinado que usó en los Grammy se alejó un poco de ser una Barbie Doll perfecta para darle espacio al wet hair, una tendencia que a muchas les gusta pero es casi imposible que se atrevan a llevarlo.
Las enseñanzas de Medine perdurarán en el tiempo y será imitadas por muchas generaciones venideras, pero siendo latinas y teniendo tantos estereotipos encima, agarrémonos de lo que haya como Naomi Watts en The Impossible y saquemos adelante esas tendencias que tanto adoras, pero no usas por miedo a perder a tu hombre. Siempre recuerda, el amor se hace sin ropa, ¿o no?
xx
Alex