Soy fanática de un sitio que combine diseño de buen gusto y una buena oferta culinaria. El ejemplo perfecto de eso es UNIDO o AMANO, dos comercios de los cuales soy casi adicta. Estas dos cualidades me hacen una consumidora asidua, de esas que termina conociendo hasta el muchacho que limpia; simplemente se ganan mi fidelidad.
Un sitio que promete servir el mismo fin es FONDA PARAISO, una nueva propuesta en Casco Antiguo que combina lo mejor de la estética tropical retro en su decoración; y la cual presenta un menú tan diverso como la mezcla cultural que es Panamá. Esos sabores que reconoce nuestro paladar porque en Panamá tenemos al alcance de la mano los sabores de la comida hindú, venezolana, mexicana, entre muchas otras.
Desde fuera el sitio es muy curioso. Está ubicado en esta casa angosta que te hace adivinar que el restaurante está construído hacia arriba. Cuando entras te das cuenta que aprovecharon el espacio en su totalidad y que no le hace falta nada al lugar. Mientras subes la escalera un patio interno con una mesa de 6 puestos te coquetea y te hace mirar hacia afuera de manera inmediata. El espacio es pequeño pero lo suficientemente cómodo como para ser un privado en medio de un lindo jardín al aire libre. Sigues subiendo y te va llamando una luz neón de color vibrante que te termina de convencer que estás en el trópico.
Arriba, la fonda. Colores agresivos y una línea gráfica divertida y muy bien lograda te reciben con opciones de mesas pegadas a ambas paredes. Una palmera de plástico en mitad de la mesa, sillas de mimbre tal como en la sala de la casa de mi madre y los sillones estilo ochentero hace que te sientas como en casa. Que te sientas en esa Panamá que viviste de pequeño y que recuerdas con cariño, pero en pleno 2018 y con una refinación que hace cool lo que antes era la visual normal de los comercios del país.
No soy una juez Michelin pero se decir cuando algo sabe bien o no, y quedé satisfecha con lo que probé en Fonda Paraíso. Empezamos con Coctél EL CARIBEÑO, que era de pulpo y camarones con una salsa ligera y llena de sabor, servido con plantanitos gigantes (that's a very easy way to my heart), seguimos con las arepas servidas con puerco y queso fundido. Cada arepa es de un sabor distinto. A mi me encantó la roja que es de remolacha, que bañada en el chutney de mango con el queso y el puerco es morir deliciosamente poco a poco. El cochinita pibil estuvo brutal. Está clasificado como entrada pero es tan grande que puede ser un plato fuerte SIN PROBLEMA. El pan con el que lo sirven está para pedir para llevar y regresar al día siguiente.
En los platos fuertes gana sin lugar a dudas las costillitas llamadas PECADO ORIGINAL. Las papas estaban justo como me gustan y el ketchup con un toque de sabor de piña está para untarselo todo por el cuerpo y así andar por la vida.
Apenas entras te das cuenta que el bar y la coctelería es parte fundamental de su propuesta, pero ese cuento se los echo otro día porque ando en modo no alcohol por la dieta y no probé nada. La carta promete BASTANTE, así que cuando se prenda la luz de BEBER, ahí estaré. Como no puede ser de otra manera, el playlist del sitio va perfectamente con su vibra. Lejos de ser la música que oirías en LA MELCHI un día tropical (si no sabes que es LA MELCHI te falta calle), esta está curada como para que pongas Shazam cada 5 minutos. Mi corazón se lo ganaron con la versión de I WILL SURVIVE del Cuban Jazz Combo. Quedé moviendo hombros más rápido de lo que puedes decir AZUCAR.
Un lugar fotogénico, realizado con un gusto IMPECABLE (FELICIDADES JUAN JOSE Y MELISSA, MI ADMIRACION POR SU TRABAJO SOLO CRECE), que te provoca beber ron y moverte. Rica comida y excelente ubicación. Felicidades, señores involucrados, y gracias por tan linda atención.
EXITO Y SOLO EXITO PARA LA FONDA PARAISO.
xx
Alex