Mi madre está completamente enamorada de Casco Antiguo. Estando muy pequeña recuerdo visitar con ella y mi padre las casas abandonadas en busca de celosías, armazones de madera o de hierro que decoran la parte superior de las grandes puertas de Casco. Mucho antes de que este lado de la ciudad fuera un lugar de moda, su magia llamaba nuestra sed de romanticismo. Eso es lo que tiene Casco, magia, y es por ello que tengo mucho respeto por esos lugares comerciales que mantienen la esencia de lo que algún día fue el centro de la ciudad.
Fue mi madre quien me habló de Doña Clementina Herrera, quien construyó este bello edificio de apartamentos en el que también había una casa de empeño y un bistró. Su hija, llamada también Clementina, presumía de tener uno de los mejores clósets de la ciudad, un estilo inigualable cultivado en Londres donde estudió en un internado. Fue ahí donde nació la leyenda de Las Clementinas, hotel que nació en 2007 y que mantiene intacto el espíritu de la Casa Herrera.
"Sin duda, su fachada era majestuosa. También llamaron nuestra atención sus jardines, con sus palmeras gemelas de 50 años y 80 pies de altura, y los restos de la vieja muralla de la ciudad. Conocíamos un poco su historia – cómo los jardines habían sido protegidos para “el embellecimiento de la ciudad” y luego se perdieron en una ejecución hipotecaria a mediados del siglo XX – pero fueron necesarios seis meses limpiando décadas de escombros para realmente darnos cuenta de que el edificio que la familia de la Sra. Clementina Herrera había construido en 1930 era una de las obras maestras del Casco Antiguo", afirma la página web del sitio. Lo copio y pego tal cual pues me parece leer poesía. Es hermoso como desarrolladores le dan tanta importancia a la historia del sitio que van a reusar.
Mantuvieron intacto el esqueleto del edificio, lo que significa que cada una de las habitaciones de Las Clementinas es en realidad un apartamento en sí mismo, con gran espacio, luz natural y vistas panorámicas. Gracias a la recuperación de los acabados tradicionales de la zona, hemos respetado la esencia clásica del edificio, pero apartamentos han sido completamente reconstruidos para integrar todas las comodidades modernas.
Recurrieron a artesanos colombianos que reprodujeran los azulejos pintados a mano de Doña Clementina y han buscado piezas históricas por todo Panamá, desde herencias abandonadas por familias aristocráticas hasta escritorios de la antigua Embajada de Gran Bretaña. "Lo que no pudimos encontrar, lo construimos utilizando madera de pino de ochenta años proveniente de Florida, que recuperamos de los viejos cuarteles que el Ejército de los Estados Unidos dejó del lado caribeño del Canal".
Las Clementinas es el lugar perfecto si quieres pasar una tarde deliciosa en Casco Antiguo, tomándote un café o un exquisito mojito de mango. Es ahí donde Max entra en la ecuación. Un bar tender que conoce lo que hace y además lo hace con amor. Puedes también hospedarte o realizar un evento en el bello jardín que conecta con el salón principal.
Este lugar es amor en estado puro. Puedes conocer más de ellos en lasclementinas.com
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Alex