Saliendo de una fiesta de adidas en UberShop, con muchas ganas de irme a dormir después de un día largo de trabajo, me topo con mi querido Estuardo Marroquín, estilista de Studio Marroquín, a quien es un placer saludar por su energía siempre alta y carisma. Con el estaba este guapo que no conocía y a quien me presentan como genio de color del estudio de Estuardo, un chico que periódicamente viene a Panamá para atender a sus clientes. Quien diría que ese día conocería a uno de los profesionales de belleza con quien más química he tenido y quien ha entendido a la perfección que color de cabello quería.
Estoy hablando de Chad Kenyon, colorista quien viaja a diferentes destinos del mundo junto a su compañero de andanzas, el también estilista Ric Pipino. Ambos atienden a su clientela panameña en Studio Marroquín cada noventa días, por lo que estarán de vuelta aquí en los meses de julio/agosto.
La química entre Chad y yo fue tanta que esa misma noche armamos una cita para el sábado siguiente y nos pusimos manos a la obra. Debo confesar que después de mucho tiempo de no hacer un cambio de color en mi cabello estaba a la expectativa de que me haría. Me gustaba mucho la idea de volver a los tonos miel que tanto me gustan, pero no con los highlights tradicionales, siento que esa opción ya la he usado mucho y hay mejores técnicas que hacen ver el look más moderno y saludable. Teniendo eso en cuenta, Chad practicó en mi la técnica Balayage, cuyo principales ingredientes fueron los productos de Olaplex. Soy como la última persona en hacerse esta técnica pero los últimos serán los primeros jajaja.
El nuevo encargado de mi color, porque ya lo bauticé de esa manera, es el embajador de la marca Olaplex para los mercados de habla hispana. Este producto tiene la bondad de reconstruir el cabello y decolorarlo a la vez, algo que nunca había escuchado antes. Si hay algo que tengo claro es que aclarar el cabello es un proceso que deteriora mucho la hebra, pero en esta ocasión no sentí siquiera picazón o ardor en el cuero cabelludo. La prueba perfecta de esto es que al momento de secarlo el brillo se mantenía intacto, e incluso mejoró. ¡No podía creerlo!
Su fórmula para mi balayage fue: Una onza de decolorante Solaris, mezclado con peróxido 50. Al conseguir una consistencia de yogurt añadió 1/16 de onza de Olaplex N1. Para lograr el brillo utilizó Redken Shades EQ 15 gramos de 9NB+7v y Shakespeare EQ, 5 gramos de 7g. Aunque no se note mucho Chad también aplicó producto en mis cejas para lograr armonía. Para eso usó Redken Color Gels 10na + peróxido 15 Volumen. Como es necesario terminar de hidratar y mantener el cabello sano, el proceso Olaplex termina con un tratamiento de cabello llamado Olaplex N2, usando un shampoo y acondicionador Redken Aceite y Redken Diamond Oil. Este tratamiento se deja por varios minutos para que haga efecto en tu cabello.
Se que nos pusimos un poco técnicos, pero queríamos compartir con ustedes como se logra la magia con estos productos que tienen como primer objetivo reconstruir el cabello. El resultado me encanta. Pueden ver un antes y después claro entre la primera foto y las últimas, me fascina como mi cabello tiene vida y mucho brillo, además de personalidad.
Gracias Chad por ser mi cómplice esa mañana, y también gracias Estuardo por siempre tratarme de maravilla y darle textura a mi cabello sin cambiar su largo con un corte maravilloso.
Si quieren saber más del trabajo de Chad Kenyon, visiten su página web www.chadkenyon.com y síganlo en @colorbychadkenyon, y no olviden seguir la cuenta de @studiomarroquin en Instagram para que conozcan a todo su maravilloso staff.
No es la última vez que verán esta dupla en mi blog!!!!!
Espero sus comentarios,
xx
Alex