Las opiniones eran diversas, pero nada de eso importaba, yo sabía que iba a causar la colección de Grau en mí. Al momento que la primera modelo salió, no había vuelta atrás, me había trasladado a los noventa con las telas, zapatos e inspiración para cada diseño. Bueno, no solo a los noventa, los ochenta también tuvieron su aparición en uno que otro modelo que presentó Alessandra Grau. Sin importar que década haya traído a la palestra Grau, sus diseños fueron un complemento perfecto a sus colecciones anteriores. Eso fue lo que más disfruté de la colección de Alessandra, en la silueta y en los cortes de las telas se podía ver como había evolucionado y crecido, ella como diseñadora, y la mujer a la que viste.
Las telas a simple vista eran sencillas, pero al momento de tocar la piel a la hora de modelar la chica, era como si cobrara vida con cada pisada... tenía personalidad, y todo gracias a la textura de la tela metalizada, el chifón y la tela suave.
La mujer Grau pasó de mini vestidos con cortes arriesgados a mangas largas, prendas sueltas, y escote pronunciados que indican que esta chica para la que diseña Ale, ya es más grande.
Enhorabuena Ale, que eres maravillosa.
xx
Alex