La primera fragancia de Chanel de la que fui dueña es Chance. La primera, la original. Esa que causó conmoción al salir por su frescor y por ser perfecta para un público joven. Años después de ese momento tengo la oportunidad de vivir una nueva etapa de la casa Chanel con Eau Vive, cuarto miembro de la familia Chance. Esta es la primera interpretación creada por el perfumero Olivier Polge con el Laboratorio de Fragancias CHANEL. Una creación que da ímpetu, una vitalidad que no es fugaz, más bien una fuente de un dinamismo infinito.
CHANCE EAU VIVE es una concentración de energía que se desborda desde el
primer segundo. Toronja, que ya se encuentra en la primera fragancia CHANCE,
trae un toque de sorprendente acidez. Usualmente de vida corta, se fija en la piel
y parece pulsar con un acorde anaranjado de toronja. Las frutas cítricas,
inmediatamente, ponen el tono fresco y energético de la fragancia.
Gradualmente, uno descubre jazmín y almizcles blancos, los cuales juegan un papel importante
en la familia CHANCE, antes de que el aroma del vetiver fresco se apodere del
acorde de cedro-lirio, como un eco distante de la toronja.
A diferencia del legendario N5, que tiene un espacio muy especial en mi corazón por toda la mística que envuelve su existencia, Chance es esa parte de Chanel un poco más descomplicada. Muchas personas tienen el concepto de que por ser Chanel debe ser todo muy acartonado y sobrio, cuando en realidad, en términos de creatividad, diseño y producto, es una de las marcas que más se divierte con su estética. Si, el tweed siempre estará ahí; si, el perfume de Marilyn era el Chanel N, sin embargo, algo que admiro y admiraré toda la vida de la Casa Chanel es su poder de reinvención, y de como, al sol de hoy, son capaces de llegarle a todo tipo de consumidor y de amante de la moda. Chance es coquetería, juventud y atrevimiento. Estoy muy feliz de poder emprender este viaje con Eau Vive.
Let's live!!!
xx
Alex