Mi visita de ayer a Playa Estrella me puso mucho en perspectiva. Siendo de origen santeño, o por lo menos teniendo una madre que adora viajar para esa parte del país, donde esta nuestra segunda casa, estoy acostumbrada a playas como Venao: agresivas cuando la marea está alta y bastante largas. Con eso me refiero a que es muy difícil encontrar profundidad en Venao cerca de la orilla. Estando acostumbrada a pelear con las olas, Playa Estrella fue una gran sorpresa para mi. Poder estar tranquila en la orilla, sin mucho movimiento en el mar, casi casi como si fuera una piscina, no tiene precio. Aunque el agua es un poco fría, y a unos cuatro metros de la orilla ya no tocaba fondo, me quedo con ese lugar para toda la vida: la paz que se siente al vaciarse, el color de su mar y lo bien que uno se la puede pasar me vuela la cabeza.
Punto para Bocas!
xx
Alex