Día dos en el paraíso. Hoy decidimos creernos mochileros y tomar una bicicleta hacia las afueras del pueblo. Pensando llegar a Playa Bluff encontramos este restaurante con unas sillas de playa que hacían ver cualquier resort como un chiste. La comodidad que experimenté durante las horas que estuve ahí no tiene manera de ser descrita.
Que viva Bocas y su belleza!
xx
Alex