Pep Guardiola

Adiós, caballero




El último artículo que escribí de fútbol en mi blog data del 2010 y es francamente, una basura. 
Lo vuelvo a leer y me da risa lo mucho que he evolucionado como "persona que escribe".
Ese artículo fue dedicado a Mourinho, un hombre al cual admiro y por el cual siento gran afecto por su genuina (aunque difícil) personalidad.

Esta vez, es el turno de un hombre que también ha estado perfilado en este espacio de ideas incoherentes, pero que en su momento fue destacado con fotos por razones que hoy quedan en segundo plano. 

En el de hoy, resalto esas razones y más, porque Pep Guardiola se convirtió en cada partido de su añorado equipo, en la inspiración palpable de quienes creen en el "under dog" y una referencia de moda a donde vaya, aunque fuera lo último que pasara por su cabeza en estos cuatro años. 

No quiero sonar superficial. Es talvez por eso que escribo este post hoy, cuando ya los verdaderos conocedores y analistas de la vida y trabajo de Pep, se han manifestado con piezas periodísticas dignas de ser guardadas en la historia por la poesía y respeto que reflejan en sus palabras. 

Soy amante del fútbol, pero no me puedo nunca comparar con aquellos que trabajan y viven del deporte desde antes que yo naciera, e incluso, tienen el honor de decir que vieron o conversaron con el ex entrenador del Barcelona en persona. 

Supe quien era cuando firmó como entrenador del primer equipo. Llevaba un traje negro a la medida, con camisa blanca impecable y corbata negra a juego. 
Podrá sonar como cualquier otro atuendo de un respetable empresario, pero lo que diferencia a Pep del resto de los hombres, es como lo lleva y sobretodo, el talle que tiene cada pieza.

Si leen mi blog, saben que el éxito de la ropa masculina e incluso femenina, está en las formas y sizing de la prenda. Si sabes esto, lo demás es sencillo. 

Otro va a Armani y toma el traje que le quede bien, pero Guardiola siempre mostró especial dedicación en sus atuendos. 
Ese día, con ese traje negro a la medida y corbata delgada (cualquier otro se pone una cualquiera, las delgadas están reservadas para quienes saben de moda), me di cuenta que tenía frente a mis ojos un hombre de verdad. 

En estos cuatro años, el estilo de Pep en el banquillo ha sido impecable. 
Americanas ajustadas, pantalones entallados a sus delgadas piernas, zapatos lustrados y moderos y jerseys de colores pasteles que hacían contraste con las sobrias y elegantes corbatas, fueron protagonistas junto a el, de los títulos que ganó y las sonrisas que le arrebató con su sencillez a más de una. 

Como madridista confesa y objetiva, me atrevo a decir, que a nivel de fútbol, Guardiola cambió la historia. No hablaré de tecnicismos o estrategias porque no las conosco, pero como amante de este mágico deporte, debo admitir con la mano en el pecho, que ver al Barcelona de Josep en la cancha, fue un honor y un privilegio, y quien no lo acepte, no ama el fútbol. 

Pep Guardiola es un caballero, y no solo por sus trajes porque el hábito no hace al monje, sino por su calidad humana y modales dignos de uno. 

Hoy me quito los lentes Bulgari y el Panama Hat para aplaudir a quien, en mi concepto, debió ser inspiración de GQ y de cualquier hombre que busque vestirse bien, pero sobretodo, al hombre que hizo soñar a los verdaderos amantes del fútbol.

Adiós y gracias. 

-Alex